miércoles, 16 de octubre de 2013

SEIS PREGUNTAS PARA DEFINIR UNA SITUACIÓN

1. ¿Cómo surge la Asociación de Vecinos de Ciudad Meridiana? 

La Avv de Ciutat Meridiana surge a principios de la década de los 70 del pasado siglo como principal instrumento de los vecinos para reivindicar toda una serie de servicios y equipamientos de los que carece el barrio desde sus inicios: colegios, ambulatorio, metro, biblioteca,  etc...
En la década del 2000, toda una serie de circunstancias hacen que la incidencia de las asociaciones de vecinos a nivel general se vea menguada de forma alarmante. Una población con un individualismo consumista exacerbado y una apatía generalizada a todo activismo que no sea lúdico. Además, en el caso de nuestro barrio con la bonanza del boom inmobiliario se añade un cambio poblacional con la llegada de una elevada proporción de nuevos vecinos con difíciles problemas de integración por problemas idiomáticos, culturales, religiosos y a su vez el rechazo de una población autóctona que ha olvidado que ellos también llegaron como inmigrantes. Desaparecen los antiguos vecinos y los nuevos difícilmente participan.
A partir del 2008, la crisis afecta de forma cruda a nuestro barrio: unos altísimos niveles de paro que hacen inviable para muchas familias el pago de unas hipotecas con cuotas astronómicas y que ven reducida su calidad de vida a unos niveles inimaginables unos años antes.
Como respuesta a la crisis, y dentro de la ideología criminal del neoliberalismo se aplican unas políticas de austeridad que generan pobreza, una pobreza que la administración cada vez más se niega a administrar.
Y a principios del 2011, nuestra asociación de vecinos, a partir de la propuesta de una entidad del distrito 500x20 que trabaja el tema del alquiler social pero que cada vez se ve implicada en la problemática de las hipotecas, se implica de forma absoluta en la gestión de la pobreza.     
Y comenzamos a parar desalojos  de familias desahuciadas, solicitando la dación en pago y el alquiler social (esto último para familias con hipoteca o en alquiler),  renombramos a nuestro barrio Villadesahucio consiguiendo una repercusión que llevará a muchos medios de comunicación a afirmar que somos el barrio con más desahucios de España. No disponemos de datos objetivos que nos permitan corroborar esa afirmación, pero si que es cierto que nos hemos convertido en el barrio donde se ha conseguido visibilizar de forma  más patente esta problemática social.  

2. ¿A qué necesidades responde el Banco de Alimentos que ha organizado la Asociación de vecinos?

Desde 2011 la crisis continua sin visos de recuperación y la problemática inicial de la imposibilidad de pagar la hipoteca se extiende a otras necesidades por la total falta de recursos o las paupérrimas ayudas concedidas por el Estado.       
Y las familias que  acuden a la asociación de vecinos por problemas de vivienda, cada vez más plantean la necesidad de alimentos para sus hijos; a la vez que se nos reporta desde colegios, la biblioteca casos de niños con síntomas de desnutrición.
Hasta ese momento la parroquia del barrio daba alimentos, pero un proyecto de optimización del servicio lleva la distribución fuera del barrio complicando aun más el acceso a alimentos para las familias necesitadas
Enviamos a las familias a Servicios Sociales, pero éstos, cada vez más colapsados no pueden atender una avalancha de familias sin recursos y a las que la posible solución toma cada vez mayores plazos de espera.
Y en la Avv de forma espontánea comenzamos a repartir algunos alimentos, los propios miembros, vecinos solidarios, entidades nos permiten hacer un pequeño acopio de alimentos que distribuimos como emergencia a familias sin recursos que están en el proceso de espera de la selección de Servicios sociales para acceder al banco de Alimentos de Caritas.
Año 2013. En colaboración con otros actores y entidades del barrio, y ante el problema que para muchos niños puede significar que no acudan al comedor del colegio y tengan una alimentación regular presentamos un proyecto a una ONG, Vita Mundi que trabaja en la India, en Guatemala, en el que planteamos que nuestro barrio puede sufrir una situación de riesgo alimentario similar a los lugares que atienden en su trabajo internacional. Han aceptado el proyecto y hemos conseguido repartir unas 15 toneladas de alimentos en tres entregas durante el período estival para algo más  de 100 familias con niños de hasta 14 años del barrio. 
A su vez detectamos la existencia de familias sin recursos y que no pueden ser atendidas por servicios sociales,  están sin papeles, se han  visto obligados a ocupar y no están empadronados.

3. ¿Cómo se llega a optar por la ocupación de un espacio para organizar el Banco de Alimentos?

La ocupación de este espacio tiene dos facetas: la función que se pretendía dar a este espacio y la necesidad de que  el barrio disponga de un local en condiciones para distribuir alimentos.
A un barrio acuciado por una crisis galopante donde el principal problema es la falta de empleo a nuestros esclarecidos gobernantes municipales se les ocurre la idea de colocar un centro de Inventores del MIT de Massachussets. Cual neodespotismo ilustrado nos endosan un proyecto elitista que quizá en tiempos de bonanza hubiese sido interesante, pero que ahora deviene casi un insulto. Valga decir que en nuestros barrios tenemos pocos inventores, lo que más se estila son investigadores, cuya tesis versa en cómo llegar a final de mes.
Un  gasto de casi 3 millones de euros que además se implanta  sin ninguna explicación, sin posibilidad de poder ser discutido por los vecinos. El alcalde lo anuncia en período electoral en otro barrio  y nadie se digna a venir a explicarnos los parabienes de tal proyecto. Llegando la situación a niveles de sainete cuando la regidora del Distrito, en una reunión sobre temas vecinales, nos pide disculpas por no habernos explicado el proyecto porque ni ellos mismos lo habían entendido...
Sus caprichos, sus negocios, como el rescate del pufo inmobiliario de REGESA en Torre Baró, se nos venden como lo mejor para nosotros. El método para solucionar los problemas  de un barrio ya no pasan por mejorar la calidad de vida de una población desfavorecida, en el fondo, ya no tenemos remedio. La solución es traer "gente bien" para que con su elitismo dignifiquen el barrio (ya sean inventores, profesores universitarios.. etc..). Hemos ocupado para reivindicar un centro de formación profesional y que vaya acompañado de la realización de planes de ocupación.
Y la otra faceta: el banco de alimentos. La asociación de vecinos lleva 18 años, después de ceder su local de propiedad, en unos barracones que eran provisionales, pero ahí seguimos. Por problemas de espacio, de almacenaje, el local no es adecuado para la distribución de alimentos.      

Desde principios del 2013, hemos estado solicitando que se adecúe un local para la distribución de alimentos, en condiciones. En el que nosotros podamos participar asumiendo la entrega de alimentos de emergencia en la espera de selección, para colectivos en riesgo excluidos. Ante la falta de respuesta por parte del ayuntamiento hemos decidido ocupar este espacio, que permanecía vacío desde principios del 2013.
Este local no puede estar vacío y necesitamos un espacio de distribución; razón de sobra para ocuparlo. Dicha ocupación,  por cierto, duró 5 horas. Esa misma noche, altos cargos del ayuntamiento acordaban con nosotros cedernos el espacio para uso como banco de alimentos solidario hasta la habilitación de un nuevo espacio.
4. ¿Es, en vuestra opinión, una táctica a corto plazo para resolver una necesidad específica o esta debe ser una estrategia a largo plazo debido a la falta de soluciones alternativas?
Es una estrategia a largo plazo pero que evidentemente rinde frutos a corto plazo.

A corto plazo. Cubrir la necesidad básica de alimentación de unas familias que no disponen de recursos pero como instrumento de reivindicación social.
El combinar cierto asistencialismo, con la denuncia social, con acciones de desobediencia civil (ocupar la oficina de Servicios Sociales, de Vivienda, para protestar por su inoperancia) y las ocupaciones, nos ha dado una  repercusión mediática, incluso a nivel internacional, sin precedentes en la historia del barrio o del propio Distrito de Nous Barris
Hemos dado visibilidad al problema del auge de los niveles de pobreza, de la desnutrición infantil, de las dificultades para acceder a la educación y al haberlo focalizado hemos hecho imposible a la administración obviar el problema. Estamos haciendo patente que la administración este renunciando a cumplir sus funciones, a asegurar unos derechos para la infancia, para los más desfavorecidos. Así es fácil, en la nueva contabilidad de las élites plantear que el ayuntamiento tiene superávit. Se gasta lo mínimo posible en los barrios pobres y se invierte todo en las zonas turísticas, en olimpiadas de invierno, o como ya informábamos en rescates inmobiliarios disfrazados de mejora de barrio (neokeynesianismo para los ricos, neoliberalismo para los pobres).

El nivel de activismo y participación comienza a crecer. La repercusión mediática, las acciones, llevan a algunos vecinos a romper con la apatía  y a participar y a hacer política. Con un punto a destacar. La problemática trasciende diferencias culturales, y religiosas; vecinos de colectivos que hace unos años no hubiesen visitado la asociación de vecinos, y mucho menos hubiesen colaborado en un proyecto común, de forma aun incipiente, comienzan a tejer lazos de colaboración haciendo cada vez menos utópico el que al final todos nos consideremos únicamente vecinos.
A su vez, al promocionar proyectos autogestionarios a nivel de barrio, sin ninguna participación de la administración, como ha sido por ejemplo la distribución de alimentos de la ONG Vita Mundi, nos erigimos en agentes con capacidad de marcar la agenda política, de incidir en la realidad del barrio.
A largo plazo. Nuestra objetivo es tener que dejar de distribuir alimentos. La administración debe cumplir esta función y asegurar a la población unos mínimos (salud, alimentación, alquiler social, educación, etc..). Recuperar lo público.
También, seguramente lo más importante, generar unas redes de solidaridad y movilización política que permitan una autogestión de las soluciones a los problemas vecinales. Vecinos que se organizan para asegurarse una vivienda digna, para repartir la comida, que tienen entre todos y todas, gente que sea capaz de articular soluciones imaginativas para paliar necesidades y que de esta manera se hagan conscientes y ayuden a concienciar a otras personas de que lo que sucede no es mala suerte ni una jugarreta del destino, sino una injusticia; es decir, gente que piensa, que se organiza para reivindicar unos derechos y llevarlos a la práctica.
Y no solo la autogestión a los problemas del barrio sino, sobre todo, a la gestión y proyección futura del barrio, sea en tiempos de bonanza o en tiempos difíciles como los actuales. Es importante que la ciudadanía decida no sólo sobre el qué hacer en su barrio sino sobre el cómo (no nos sirve cualquier manera de hacer las cosas, queremos la que consensuemos colectivamente). Hay que reivindicar una participación ciudadana transversal, ya sea para decidir sobre planes de ocupación o servicios a prestar (alimentos, sanidad, vivienda, educación, etc.), como sobre la ubicación, la decoración o el uso de una plaza. Al fin y al cabo son los vecinos los que hacen el territorio y le dan la identidad.
5. ¿Con qué apoyo institucional y popular contáis?¿Han surgido voces contrarias a vuestra acción?

La labor realizada en el tema de la vivienda ha obligado al ayuntamiento a postular un técnico como enlace entre los bancos, la administración y nuestra entidad. Esta intermediación ha sido fructífera en la resolución de algunos casos. Curiosamente el propio alcalde de la ciudad ha reconocido que esta tipo de colaboración era el camino a seguir. La Síndica de Greuges (una defensora del pueblo a nivel municipal) se ha interesado en la situación de nuestro barrio y en las casos de afectados.     

Colaboración, acuerdos acciones de protesta, desobediencia, ocupaciones, dan lugar con sus tensiones y consecuciones, que nos han convertido en interlocutores válidos en la problemática de la gestión de la pobreza en la zona. Y lo que ha llevado a niveles kafkianos. En una especie de mundo al revés, nos encontramos con cada vez más casos de afectados que vienen a nosotros derivados por la propia administración (asistentes/as sociales, trabajadores de la oficina de vivienda, personal de los ambulatorios)
Colaboramos con otras entidades, principalmente 500x20 a nivel de Distrito y de vivienda, y localmente, con entidades del barrio para el tema de los alimentos.  Llegando algunas de estas relaciones algo sui generis. Por ejemplo la relación con una congregación de monjas ubicada en el barrio, cuya colaboración ha sido vital para organizar el acuerdo con la ONG y con monjas que acuden a parar desalojos, una implicación que ya nos gustaría encontrar en los teóricos izquierdistas.

La tónica de los vecinos ha sido la apatía total. Una población que ha sido educada en un consumismo individualista y a delegar toda responsabilidad incluso para protestar. Muchas veces ha visto con recelo y veces por las rasgos racistas por la gran cantidad de nuevos inmigrantes (los viejos inmigrantes y sus hijos han olvidado cómo llegaron a estos lares por los años 60 y 70 del pasado siglo).  
También quejas razonables a potenciar una visión negativa del barrio al destacar la problemática de la vivienda, de la alimentación, por ejemplo el uso del  nombre de Villadesahucio.
Pero creemos que, poco a poco, los vecinos van asumiendo que la asociación está jugando un rol importante a nivel de Barcelona en la lucha contra unas políticas que relegan a los barrios pobres al abandono institucional. Como trabajo pendiente nos resta divulgar que nuestro trabajo no va sólo a unos colectivos concretos, sino para todos los vecinos, que con este claro cambio sistémico, también acabarán viéndose afectados.


6. Este proyecto de entrevista trata la crisis pero está centrado sobretodo en la situación relativa a la vivienda. Ciudad Meridiana es uno de los barrios más afectados por los desahucios en España. En este sentido os quiero preguntar dos cuestiones. ¿De qué modo trabaja esta cuestión la gente de la Asociación de Vecinos, y la gente del barrio en general? ¿Y qué visión tiene la gente del barrio ante la ocupación como alternativa para la gente que ha sido desahuciada?

Las preguntas  anteriores han versado sobre tema del reparto de alimentos por la relevancia que últimamente han tomado nuestras acciones. Donde realmente hemos incidido, y lo que hemos estado trabajando durante más tiempo ha sido el de la vivienda, intentando recoger toda la problemática de la vivienda: hipotecas, alquileres, ocupación, subsidiación. etc;  muy focalizado en el Distrito de Nou Barris (en estrecha colaboración con la entidad 500x20) y en nuestro barrio.
Con una gran cantidad de desalojos paralizados antes o en el mismo día de la ejecución y negociando con la administración y los bancos salidas para familias cuyo principal problema es la incapacidad de afrontar los costes de vivienda ante la falta crónica de trabajo, hemos ido acumulando experiencia en el trato a los afectados, en el uso de nuestro escasos recursos, en el diseño de acciones y de un discurso que potencie la desobediencia y la politización de una población cada más al borde de la exclusión.
La tarea ha sido muy complicada. Partimos de unas familias destrozadas, que llegan a nosotros   con un fuerte sentimiento de culpa. El sistema capitalista ha  potenciado a niveles enfermizos un individualismo totalmente consumista. ¿Ya no eres rico?, ¿no puede pagar tu piso?, eres un fracasado y es únicamente culpa tuya.

Los primeros pasos son acoger a los afectados, mostrarles que aunque no tenemos recursos, aunque no somos la administración, vamos a intentar ayudarles a ayudarse a sí mismos. Todo un aparato ideológico, mediático, se tradujo en una inmensa burbuja inmobiliaria de la que era imposible sustraerse. Qué de lo que les ocurre, tienen una parte de culpa, pero que también es un fracaso de un sistema económico que ha decidido suprimir el estado de bienestar. Que  en el fondo, es una lucha contra una inmensa estafa que está  concentrando la riqueza en unos pocos mientras la mayoría nos convertimos en esclavos a pasos agigantados. Y que para combatir esta situación la única manera ha de ser tejer redes para generar  una capacidad de lucha colectiva
Después de este paso inicial, los problemas siguen ahí, pero ese pequeño cambio de mentalidad da lugar a que la familia cambie.. después de ello llega la movilización, la capacitación para manejar su propio problema, la politización para asumir la necesidad de ayudar a otros, de realizar acciones conjuntas.
Y ese trabajo continuado va consolidando un colectivo con más capacidad, más reconocimiento por parte de los vecinos, de los medios de comunicación, de la propia administración. Con la consecución de algunas soluciones particulares para familias, daciones en pago, alquileres sociales y cuestiones más genéricas como la disponibilidad de pisos de emergencia por parte de la administración y el reivindicar políticas de alquiler social
  
El tema de las ocupaciones es complejo. Para comenzar es consecuencia del sistema criminal que sufrimos. La enorme cantidad de desahucios que realizan los bancos tiene como principal objetivo, castigando de la forma más dura posible a las aquellos que no puede pagar su hipoteca,  atemorizar a aquellos que aun pueden seguir pagando. Una vez cumplida esta función los pisos expropiados pierden su valor, difíciles de vender a unos precios  artificiales para poder mantener la ficción de que los bancos son solventes, estos pisos se quedan años abandonados sin que la mayoría de las bancos se preocupen, no pagan la comunidad (si consigues saber que banco es, ardua tarea sí además la hipoteca ha sido titularizada) o no atienden muchas veces las quejas de las comunidades de vecinos. Y en la situación de penuria que estamos viviendo los pisos acaban siendo ocupados.
Estas ocupaciones, generan una problemática en las comunidades de vecinos,  a veces de convivencia, económicas, de no aceptación por parte de una población asfixiada por los pagos de una personas que al margen del circuito legal son vistos como unos privilegiados aunque no tengan ni que comer. Haciendo necesario tomar cada caso con sumo cuidado.
Y por supuesto, podemos trabajar la ocupación de un piso de un banco, legalizar la situación con un  alquiler social, mediar con los vecinos para mejorar la convivencia.  No podemos entrar en la ocupación de pisos de particulares. Como ocurre con el tema del alquiler, una AVV no puede tomar partido en problemáticas entre vecinos. Puede que el inquilino no pueda pagar, pero el propietario  necesita ese dinero para pagar la hipoteca. Buscar soluciones que impliquen un alquiler social en otro lugar, pero nunca por ejemplo parar un desalojo.
La ocupación, que para cada vez un mayor número de familias es la única solución ante unas total falta de recursos, es un problemática de muy difícil resolución, que al final sólo podrá ser solucionada con unas decididas políticas públicas de alquiler social.
Manuel Cubero “Cuby”


OCHO HORAS DE TRABAJO, OCHO DE 
DESCANSO Y OCHO PARA EL OCIO.

“La historia se ha acabado.”
Francis Fukuyama. Filósofo neconservador norteamericano.

Como todo el mundo sabe, los criterios culturales del actual gobierno son, en sus efectos, comparables a los de la inquisición. No es que torturen y peguen fuego a los artistas e intelectuales, pero los han dejado sin un duro y eso, hoy en día, es casi lo mismo. No es que censuren la nuevas ideas y flagelen públicamente a sus predicadores para que esas ideas no lleguen a la gente, simplemente los condenan al ostracismo.
Los efectos palpables en nuestros barrios tienen tres maneras inmediatas de manifestarse:
  -La oferta que nos llega o que se genera aquí, teatro, charlas, talleres, recitales, conciertos, etc. es mucho menor, en la medida que los recursos económicos mínimos necesarios han desaparecido.
  -Las posibilidades de adquirir cultura para las clases más bajas de nuestra sociedad, es decir nosotros, ha disminuido, cuando menos en un 15% que es en lo que se ha incrementado el IVA en los productos culturales. Las 'clases intermedias' lo arreglan atornillando en la misma medida al que tienen debajo, pero nosotros no tenemos a nadie.
-Nuestros maestros, y en general los profesionales que se dedican a la dinamización cultural, acabarán bajando su nivel de dedicación a nuestros chavales. No es lo mismo tener como máxima preocupación la educación de los alumnos, a que ese espacio mental lo ocupe la preocupación por llegar a fin de mes. Así como, tampoco es lo mismo, disponer de los adecuados medios técnicos para hacer tu trabajo, que trabajar con dotaciones obsoletas, escasas y deterioradas por el uso excesivo.
Sin embargo la cultura no se limita sólo a esos niveles, ni mucho menos. Como es bien sabido, la cultura impregna hasta los más nimios actos de nuestra existencia, es decir, la 'política cultural' del gobierno y los tres efectos mencionados, serían tan sólo la punta del iceberg. Nos convendría agrandar la perspectiva e intentar tomar conciencia, ni que sea aproximadamente, de las verdaderas dimensiones del iceberg.
Puestos a tomar perspectiva, no nos quedemos cortos porque las agresiones a nuestros derechos también son de 'largo alcance'. Sí entendemos la historia desde el único punto que tal disciplina tiene sentido, es decir, como descripción de la forma y manera en que la humanidad va consiguiendo que cada vez más gente sufra menos, la pretensión de los ricos del mundo es parar la historia. Ni más, ni menos.  No debiera sorprendernos, esa es una pretensión que siempre han tenido las clases dominantes, perpetuarse en el poder evitando por todos los medios que la historia, en el sentido que a nosotros nos interesa, siga avanzando.
Por contra, el lógico empeño de las clases oprimidas es hacer que la historia siga adelante, por lo menos hasta un punto donde la explotación del hombre por el hombre, desaparezca. Empeño y responsabilidad, si no queremos que nuestros hijos, nietos y siguientes generaciones nos miren como a unos pobres tarados a los que ponían un aparato electrónico delante y se dejaban robar la cartera. Tal y como nosotros miramos a los siervos de la edad media, a los que les ponían un cristo delante y se dejaban robar hasta el virgo de la hija. Sin embargo, los siervos tenían la escusa de que eran muy ignorantes y que vivían traumatizados por la proximidad de la muerte, algo muy presente y cotidiano en aquellos tiempos. Pero nosotros, cuando menos en el ámbito europeo, gracias a la dignidad, el empeño y la responsabilidad histórica que nuestros mayores tuvieron el coraje de asumir, no somos ignorantes y disponemos de medios para cuidar nuestra salud y alejar razonablemente el espectro de la muerte. La enseñanza y la salud son derechos universalmente reconocidos.
Que sea justo ahí, en esos derechos absolutamente fundamentales, donde nos estén dando, no responde solamente a los corruptos intereses de nuestros gobernantes. Sí sus amos, los ricos del mundo, se lo permiten es porque también beneficia sus intereses: Desproveernos de esos derechos que son, precisamente, los que establecen las condiciones para pegarle un buen empujón a la historia.
En ese empeño, el de seguir progresando, tiene un papel fundamental el derecho a la cultura, entendiéndola, no sólo como los conocimientos y actividades que nos permiten una salud física razonable, encontrar trabajo y entablar unas determinadas relaciones, sino, y sobre todo, como la herramienta que nos permite entender lo que ocurre a nuestro alrededor. Un alrededor que, en la medida que vivo y dinámico, mantendrá nuestra mente viva y dinámica, es decir, en condiciones de poner su grano de arena en la tarea de progresar.
Es aquí cuando viene a cuento el título de este artículo. De esa reivindicación sagrada de la clase obrera, que nuestros mayores forjaron con su sangre y que nosotros somos incapaces de hacer que se cumpla efectivamente, de esa reivindicación, digo, lo que verdaderamente no soportan son las ocho horas de ocio. Ellos, los ricos del mundo, lo que quieren son ocho horas de descanso, dieciséis de trabajo y punto. ¡Ah! ...y los desplazamientos y las comidas, a cuenta de las ocho horas de descanso. No se trata tan sólo del interés económico que eso les supone. ¡Que va! Para ellos es una cuestión de supervivencia. Me explico.
Si ese granito de arena en la tarea de progresar puede objetivarse, no será mientras estamos sumidos en la mierda de trabajo que nos imponen, o cuando dormimos. Será durante ese tercio que dedicamos al ocio. Será durante ese espacio de tiempo cuando la lucidez, poca o mucha, se ponga de manifiesto. Será entonces cuando nuestra capacidad de soñar, poca o mucha, se haga efectiva. Será ahí cuando, pensando en nuestros hijos, en nuestros nietos, en los de nuestros compañeros, se nos ocurra que otro mundo, sin la terrible explotación del hombre por el hombre, es posible. ¡Y ahí es donde les duele!
De manera que, y esto es lo que quiere decir este artículo, cuando castigan a los maestros de nuestros hijos, lo que hacen es empobrecer la capacidad intelectual de los chavales y garantizarse futuras generaciones de obreros sin capacidad de soñar. Pero cuando nos obligan a utilizar más tiempo para conseguir los recursos mínimos, cuando nos obligan a jubilarnos más tarde, nos están robando ese tercio de nuestra vida absolutamente necesario para el progreso, para que la historia avance. Cuando los espantapájaros que están al frente de los gobiernos, nos vienen con la canción de trabajar más, o cobrar menos que es lo mismo, lo que están intentando es acabar con nuestro derecho a soñar y, por ende, con nuestro derecho a luchar por esos sueños.
Sin ilusiones, sin la capacidad de soñar, la historia no avanza. Y si no avanza, retrocede porque quieta no se queda. Por más que lo intenten.  

Juanma.