ESCUELAS EN LUCHA
En ciudad meridiana, barrio
periférico y de clase obrera fundamentalmente, con unos 40.000 habitantes, solo
se contaba con dos colegios nacionales, cuya capacidad era superada con mucho
por la numerosa población en edad escolar. Debido a esto hay todavía algunos
colegios y academias privadas, que por falta de otros lugares más espaciosos,
funcionan en pisos de unos 60m2. No es difícil adivinar las condiciones en que
funcionaban.
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Niños amontonados y mezclados de distintos cursos,
aulas sin condiciones adecuadas de ventilación e higiene, carencia de un lugar
adecuado para hacer educación física o jugar a la hora del recreo, etc.
Como todos ellos se han montado
como negocio, y lo único que interesa es la rentabilidad, la calidad de la
enseñanza se concreta en la represión como único medio educativo. Los padres y
alumnos no tienen nada que decir, acatan la dictadura del director, les guste o
no, ya que la falta de puestos escolares hace que tanto padres como alumnos
elijan esto a quedar en la calle durante el curso, llenando estos denigrantes
tugurios sin más remedio.
Uno de estos ejemplares era la
escuela S. Francisco Javier que se fundó en el año 1966 y cuyo director y
propietario era Ramón Ezcurra Ancín.
Al comenzar el curso 1976-77, los
maestros nuevos en la plantilla de la academia fueron admitidos sin contrato, a
prueba de 4 meses, haciéndoles firmar en enero un contrato en blanco si
deseaban seguir. La relación entre el empresario y los maestros y los alumnos
era jerárquica, como en cualquier otra empresa. Pronto empezaron a verse las
condiciones en que estaba la academia, que pueden concretarse en algunos
puntos:
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Existencia de un aula de reducidas dimensiones con unos
45 niños de preescolar, que hace a la vez las funciones de clase, cocina y
comedor; luz insuficiente y artificial en muchas aulas; cables de electricidad
sueltos en otras, donde además los interruptores producen calambres a los
niños; una sola aula para 5º y 7º de EGB; maquinas de escribir utilizadas para
la enseñanza comercial, funcionando en horario escolar; empleo abusivo de niños
para hacer compras y recados a los propietarios. Castigos a los niños sin comer
o desayunar; así como otros castigos corporales y psicológicos; comercio ilegal
con batas, chandals, libros y demás material escolar que debía ser comprado
exclusivamente en el colegio.
Ante estas condiciones, y la
negatividad de convocar claustros y reuniones de padres por parte del director
para el mejor funcionamiento de la escuela, los maestros comienzan a convocar
asambleas de padres y a dar todo tipo de información, con la presencia o no de
los directores.
Las primeras asambleas con padres
y alumnos resultaron bastantes positivas, ya que no se tenía conocimiento claro
del funcionamiento denigrante del colegio. Tras dos o tres meses de continuas
denuncias se empezó a tomar postura y a elegir desde la misma asamblea a los
padres que constituirían la junta y que empezarían junto con los maestros,
alumnos y demás padres a informar y denunciar tanto a la opinión pública como a
las entidades oficiales (inspector de zona, delegado del Ministerio de
Educación, Sanidad, etc.). No se recibió ninguna respuesta positiva de estos
organismos, por lo que a través de las asambleas se fueron consiguiendo logros
importantes, pero insuficientes y con continuas represalias a los maestros y
algunos de los alumnos.
Hasta entonces, la hegemonía de
la dirección había sido total, pero va desapareciendo por los acuerdos que tras
la discusión son tomados en Asamblea. Está empezando a tomar cuerpo de un tipo
de enseñanza distinta con la participación de todos y con la conciencia de que
se ha de seguir luchando por ella; pero que debiera ser en un marco en que los
padres no tuvieran que pagar las ilegales cuotas cobradas por un propietario de
unos locales que utiliza la enseñanza solo para lucro personal.
Por todo ello, el director veía
que su negocio se tambaleaba, por lo que se llena de júbilo la concesión por
parte del MEC de una subvención. Efectivamente, a pesar de todas las
condiciones citadas y la visita y revisión del inspector de zona, la subvención
es concedida a la academia, que, según su propietario, debe dedicarse a paliar
“las perdidas” habidas en su negocio a lo largo de los últimos cursos.
Ante la negativa del
director-empresario de devolver a los padres la diferencia entre las cuotas que
se habían pagado y las que debían regir al recibir la subvención estatal, cinco
de los ocho maestros inician un encierro que durará 17 días del mes de julio,
en apoyo de esta justa reivindicación de los padres. El encierro será lo que
aglutine un gran número de padres, dispuestos a no consentir que se les siga
estafando. Se inicia un proceso de lucha, con asambleas al aire libre, en la
puerta de la escuela de las que se salen de las acciones a llevar a cabo. Paralelamente
a las entrevistas con organismos oficiales, la Asamblea se decide por la acción
en la calle, que pasa por manifestaciones por el barrio y cortes de tráfico en
las autopistas limítrofes. A través de la discusión diaria en la Asamblea, poco
a poco la gente va teniendo una cosa clara: que de la escuela privada no se
conseguirá la parte de la subvención, y que todas las demás mejoras no serán
más que parches. Ni a nivel pedagógico, ni económico, ni ambiental se podía
esperar nada, dada la postura cada vez más cerrada del director, entre otras
razones.
La única solución ya es acabar
con esta escuela-negocio y conseguir la gratuidad total de la enseñanza por
medio de una escuela estatal, pública y con participación popular.
A partir de aquí, todas las
acciones irán encaminadas a la consecución de esta escuela estatal y a que la
subvención no llegue a manos del empresario, para lo cual se hace una
impugnación en la Inspección por parte de los padres y los maestros. A pesar de
esto, en director cobrará en septiembre la subvención, no obstante haber tenido
que cerrar el negocio, no haber devuelto a los padres la parte que les
correspondía ni haber pagado a los maestro varias mensualidades que una hoy se
les adeuda.
Si del 1 al 17 de julio fueron
toleradas sin incidentes las manifestaciones de protesta, el 18 de julio, día
en que se finalizó el encierro, y coincidiendo con el aniversario del
“Alzamiento Nacional”, junto con un intento de que la lucha, cada vez mas
radicalizada y asumida por todo el barrio, no saliera a la luz pública, las
fuerzas del “orden público” que tenían tomado el barrio desde las primeras
horas de la tarde, y ante la persistencia de los manifestantes de llevar a cabo
la Asamblea y el corte de las autopistas, carga de forma brutal contra los
congregados: primero con la tanqueta de agua, y ante el resultado negativo, con
balas de goma y botes de humo. Produciéndose a partir de ese momento un
violento enfrentamiento entre vecinos y policía, como respuesta a la bestial
represión de ésta: se le arrojan piedras, macetas y toda clase de objetos
contundentes, a la vez que se gritan consignas como: “mas escuelas y menos
policía”, “mas educación y menos represión”, “pedimos escuelas y nos mandan
policías”. Además se les imposibilita adentrarse en el barrio colocando
barricadas en la calzada.
Este enfrentamiento duraría hasta
las 04:00 o 05:00 horas de la madrugada, momento en que es detenida una
muchacha de 17 años, caída sobre la vía del tren, a la que se le acusaba de
“insultos” y agresión a la fuerza pública, y cuyo juicio aun está pendiente. Al
día siguiente, dada la gravedad de los hecho acaecidos, una comisión se
entrevista con el delegado, Sr. Octavio Mestres, a fin de obtener de una vez
por todas el compromiso de que se construiría la escuela estatal. Conseguida
esta ya, tras vencer una larga oposición, queda por resolver la cuestión de la
cesión del terreno por parte del Ayuntamiento, pues aunque se solicitaba la
cima de un montículo –puesto que la especulación del suelo había agotado todos
los solares capaces para su construcción-,
incluso esto ofrecía problemas. El Ayuntamiento aligeró bastante el
trámite, que quedó pronto resuelto.
En la asamblea de la tarde se
produce una gran tensión antes la noticia de la detención de Maribel. Las
acciones no se hacen esperar. Mientras un grupo de gente secuestra un autobús,
acción que se repetirá luego en numerosas ocasiones, para dirigirse al juzgado
de guardia, dispuestos a encerrarse allí si era preciso hasta conseguir la
libertad de la muchacha, en el barrio gran numero de personas se prepara para
recibir a los antidisturbios con barricadas y bien previstos de piedras que
lanzaban con ondas y tiradores. Dado el brutal enfrentamiento que se produce en
el barrio, el juez, previendo hechos más graves, decide poner en libertad a
Maribel, sin pagar la fianza de 30.000 pesetas que se le pedía para que no
pasar a la cárcel. A pesar de esto continúan los enfrentamientos hasta media
noche y el despliegue policial es tal, que los incidentes llegan a ser muy
graves, aunque la policía no logrará pasar, a pesar de todo, ciertas
barricadas.
El día 20 se da el primer intento
serio de “cargarse la lucha” por parte del PSUC, por considerar que esta
“guerrilla urbana” estaba “quemando al barrio” ya que estaba impulsada por
“revolucionarios anarquistas o gamberros”. La tensión es tal que en la asamblea
de este día se llega a enfrentamientos físicos entre militares del PSUC y
grupos que habían asumido la lucha de forma radical. A partir de este momento
trascendental en la lucha, el PSUC –como partido- la abandona e intentará
boicotearla por todos los medios, aunque militantes de base sigan en ella o
abandonen el partido por considerar su postura como totalmente reaccionaria.
A la hora de valorar la lucha en
el barrio de Ciudad Meridiana debe ser tenida en cuenta la estructuración del
barrio como unos de los factores determinantes en el carácter de la lucha, y en
su represión.
Es uno de los barrios mas
separados del centro de Barcelona, situado en la falda de una montaña y aislado por otras. El acceso al
barrio se hace por debajo de la vía del tren, que en lucha desempeñó un papel
de aislante.
Junto a estas características, el
hecho de que un barrio de más de 40.000 habitantes sólo tuviera dos escuelas
estatales en las que se cubren gran número de plazas con niños del centro de
Barcelona, hizo que la reivindicación de una escuela gratuita movilizase tan
fuertemente a la gente.
A pesar de que es un barrio
nuevo, su historia no deja de ser interesante. La mayor parte de sus habitantes
son inmigrantes que han participado ya en movimientos espontáneos al margen de
las organizaciones políticas, que hasta hace muy poco tuvieron escasa
incidencia. Debido a ellos se habían generado ya unas formas de lucha, que se
manifestaban en la acción en la carretera. El barrio y los maestros se
incorporan de nuevo estas formas de lucha en el mes de julio, primero como
protesta contra el S. Francisco Javier, y luego con la consecución de una
escuela pública gratuita.
Desde el principio, la lucha
tiene un carácter asambleario; en ella juegan un papel muy importante los niños
y los jóvenes marginados. Los niños en edad escolar serán los primeros en crear
un clima de agitación en acciones como los cortes de autopista al golpear con
piedras y palos las barandas de metal que van por las mismas, y muchas veces se
adelantan en las acciones a los adultos.
La actuación de los marginados
cobra importancia en el momento en el
que aparece la violencia en la lucha. Al constatar la acción de la policía dan
de forma instintiva una respuesta violenta contra la represión violenta de la
misma. Pero su actuación se debe en principio a reivindicaciones propias,
intuidas claramente. En este momento podían actuar con impunidad y
“justificación” contra la policía, que frecuentemente les persigue, detiene y
pega. Estos grupos de jóvenes tienen un código de valores propio, y no aceptan
que les sea violado. Si la policía interviene, les hace ver que es un enemigo
contra quien tienen que defenderse e todo momento. En esta lucha sólo será “a
posteriori” cuando toman conciencia de su significado. Las palabras de algunos
de ellos son bastante significativas: <<no tengo donde divertirme, y no
he podido ir al colegio. Porque voy en pandillas me han cascado muchas veces. Si
el pueblo le casca a la policía, yo estoy con el pueblo>>.
Debido, pues, a ellos, la lucha
se radicaliza más: se hacen barricadas, preparan ondas y tiradores, etc. Este
tipo de acciones va haciendo consciente al margina de su papel revolucionario a
partir de su contradicción con la sociedad.
Generalmente – esta lucha lo ha
demostrado una vez mas- se trata a los
marginados como delincuentes regenerables; no son considerados como productos
de la sociedad, la mentalidad pequeño-burguesa los valora según los propios
esquemas capitalistas. Algunos marginados llegarán a ser integrados, pero no la
marginación como fenómeno.
La lucha fue espontánea; surge de
la propia gente que participa, sin ser dirigida por vanguardias. Los líderes
–individuos y grupos- no tuvieron poder capitalizador. El único protagonismo es
el del barrio. Aunque es preciso señalar los intentos de manipulación de la
Asamblea a través de distintos medios, como, por ejemplo, la introducción de un
megáfono que era monopolio exclusivo de quienes lo poseían en sus manos y que
además hacían la función de moderadores. Sin embargo, la Asamblea no fue más
que una de las formas de acción que continuaba en todo momento, y por tanto,
aunque a veces pudo ser manipulada por elementos de partidos políticos, no
ocurrió así con otro tipo de acciones en la calle cuyo intento de
capitalización fue desbordado.
En cuanto a los partidos
políticos que participaron: PSUC, OIC,
Bandera Roja (OC), aunque con diferencias ideológicas, coincidieron con
la misma práctica: intento de dirigir la lucha, y cuando no lo consiguen,
boicotearla. Por lo que respecta a los grupos autónomos y de tendencia
anarquista que también fueron parte activa en la lucha, su actitud fue un todo
momento la de respetar la dinámica impuesta por la Asamblea del barrio.
La Asociación de Vecinos,
integrada por los partidos políticos citados, jugó un papel idéntico a los
mismos, intentando en varias ocasiones monopolizar la lucha al querer
trasladarla a sus propios locales. En Ciudad Meridiana la práctica demostró que
la Asociación de Vecinos no es más que una alternativa burocrática, incapaz de
dar respuestas a los problemas del barrio.
Hasta el 1 de Septiembre, y aun
con algunos incidentes, como la detención de 3 maestros del S. Francisco
Javier, denunciados por el director, ya que aunque se había obtenido la promesa
de la construcción de la escuela, se veía necesario controlar las gestiones y
las obras.
En septiembre, a pesar de las
promesas del delegado Sr. Mestre, de que la escuela comenzaría a funcionar con
el inicio del curso, solo se habían construido los cimientos. El barrio ve
claro, ante tanta ineficacia, que para conseguir cualquier objetivo, no hay
otra vía que la lucha diaria en la calle, y que las posturas de dialogo son
respondidas con despreocupación e ineficacia.
Dado que la escuela no estaba
terminada y que los niños no podían perder el curso, se decide iniciar las
clases, que habrán de impartirse al aire libre, en el escaso césped de la
plaza. Para esto previamente la Asamblea vio como imprescindible elegir la
plantilla de maestros que había de impartir las clases en el nuevo colegio, que
se llamará Ferrer i Guàrdia por decisión tomada en Asamblea en recuerdo del
fundador de la Escuela Moderna, que fue fusilado en Montjuich, acusado de ser
instigador de los hechos de la semana trágica.
Los padres sabían que solo con
unos maestros por ellos elegidos –parte de los cuales habían participado
activamente con ellos en la lucha a partir del S. Francisco Javier- podían
gestionar conjuntamente la escuela, controlar la enseñanza impartida y discutir
sobre todo aquello concerniente a los intereses de sus hijos.
La lucha para que los maestros
sean reconocidos y contratados por el Ministerio será una dura batalla para el
barrio. Mientras que los niños reciben clases en el césped y otros lugares
públicos (Asociación de Vecinos, iglesia, cine deshabitado que mas tarde se
reivindica y consigue como el Ateneo Popular), la lucha en la calle se activiza
realizando cortes de tráfico; incluso se suman los recreos para hacer acciones
de fuerza en la calle, en la que los niños, sensibilizados por la situación que
les envuelve, participan de forma activa.
La dureza de la actuación de la
fuerza pública se va agudizando, en la misma medida que aumenta la resistencia
del barrio, por lo que en Ciudad Meridiana se da de nuevo una autentica
<<Guerrilla urbana>>.
El número de heridos comienza a
ser alarmante. El más grave es el caso de Manuel Lozano, 17 años, que fue
alcanzado por una bala de goma, teniendo que ser ingresado en urgencias con
lesiones graves en el bazo, que posteriormente hubo de serle extirpado.
A partir de este momento, junto
con las demás <<Escuelas en Lucha>>,
se decide sacar la lucha de los barrios para hacerse oír delante de los
organismos a los que se les exige soluciones. Por eso Ferrer i Guàrdia, a
partir del encierro de Sóller y Pegaso en Inspección el día 6 de Septiembre, se
incorpora a una lucha conjunta con estas escuelas.
Qué bien lo has contado.
ResponderEliminarYo soy uno de los maestros de la Soller que participé desde el primer momento en los movimientos de mi barrio por una Escola Pública. Aquello me ha marcado mi vida como docente y como persona. Ahora ya estoy jubilado, pero creo que aquellos momentos de reivindicación, de hermandad vecinal y de lucha por lo colectivo han sido el faro de mi acción posterior.
Os dejo la dirección de un blog donde podreis conectar visualment con lo que hacíamos en aquella época y con el espíritu de lucha que tanta falta hace recuperar en la actualidad.
http://escuelasoller.blogspot.com.es/
Salud.
Tomas
Tomas pasa el tiempo pero ese recuerdo siempre estara con nosotros Como conseguir el libro compañero Salud
EliminarTengo el libro completo de Las Escuelas en Lucha en PDF.
ResponderEliminarPodría mandaroslo para que todo el mundo pudiera leerlo.
Me encantaria tenerlo pues fui yo quien realizo todos los dibujos
Eliminarmi direccion es barrenecheagonzalez@gmail.com
Si por favor querría verlo y terlo
EliminarMe ha sorprendido mucho encontrar esta publicacion y en especial el dibujo que aportais,pues fui yo quien lo hizo con 11 años ,este y algunos mas del 1º numero de aquella ya historica revista.
ResponderEliminarPues me alegro que lo recuerdes con agrado.
EliminarEspero que colgueis el libro completo. Para eso os lo he enviado.
Salud
Yo fui uno de los alumnos de aquella improvisada escuela en el cine.
ResponderEliminarYo participe en esa lucha muy joven con el cochecito de mi hijo muchas veces tomando el cine etc Pf me encantaria el libro y a ser posible vilver a reencintrarnos maestros y quien quiera venir
ResponderEliminarEstudie en el S. Francisco Javier. Don Ramon no era mala persona, però los hechos són los que mandan. Sali en el año 71, y conmigo se porto sempre bien. Segui estudiando y vivi otras formas de aprender. És una lastima que la postguerra durarà tanto. Como determinada personas con poder puede hacer tanto daño. Y Ramon Ezcurra lo hizo y no se si era consciente de ello
ResponderEliminarHola Ayuso... Soy Angel Vera... coincidi contigo en el colegio. Bueno, en realidad erais dos hermanos y no se concretamente cual de ellos eres tu. Lo que si recuerdo es que uno de los dos dibujaba muy bien, era un superdotado del dibujo. Os mando muchos abrazos a los dos.
EliminarHola Angel. Acabo de leer tu comentario. Por delante, gracias por realizarlo. La verdad, no te recuerdo. Pero para mi ha sido una sorpresa. Mi madre frego muchas escaleras para que pudiéramos ir a esa escuela. Ella estaba convencida que era lo mejor para nosotros. Hace unos años nos reunimos unos excompañeros nuestros. Jimenez Morales, Aguero... Y recordamos aquellos tiempos. Me vienen ganas de intentar otro encuentro. Yo era el que dibujaba. Mi hermano no tuvo tanta suerte. Continue estudiando fuera del barrio y eso me desconecto del barrio y segui mi vida en Barcelona. Leer esta historia me pone los pelos de punta. Si lees esto, recibe un fuerte abrazo, Angel.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti. Lastima que no me recuerdes. yo si me acuerdo perfectamente de vosotros dos. Mi madre tambien frego mucho para que yo pudiera ir a ese colegio. Creo que la mayoria de niños eramos de clase humilde. Si por lo que sea quedais para recordar viejos tiempo me encantaria asistir. Se me encoge el corazon de recordar aquellos dias. No en vano entre en el colegio de muy pequeño y sali con 14 o 15 años. Estuve muchos años alli. Incluso mi hermano mediano tambien fue a ese colegio. Lo dicho... me encantaria ver a gente de alli y recordar viejos tiempos. Mis mejores deseos para ti. Un abrazo muy fuerte compañero.
ResponderEliminarGracias por contestar tan rápido. Hablare con Jiménez para ver si es factible reunirnos. Veo que estás muy puesto y estas al día. Personalmente me desconecte del barrio con 23 años, cuando me case y este blog lo descubrí en el 2021. 42 años sin saber lo que estaba pasando en Ciudad Meridiana. Lo del colegio fue una sorpresa. Aunque en aquellos tiempos algo me dijo mi madre, pero no me preocupe. También perdí contacto con Herrera, no se si lo recuerdas. Cuando concrete más, te lo digo. Gracias.
ResponderEliminarBuenas noches a los dos, por fin encuentro excompañeros del colegio y del barrio, por los nombres me acuerdo de vosotros, Ángel eras un o dos cursos mayor que yo ,y Matías creo que estábamos en el mismo curso, aunque por aquellos años compartíamos la misma clase todos los curos, yo empecé en ese colegio desde la cartilla, habían tres clases, Las profesoras más mayor con párvulos, Gloria la mujer de Ramón la clase de niñas y Ramón la clase de niños, en fin muchos recuerdos , yo todavía voy por el barrio por que mi madre vive ahi, yo marche del barrio cuando me case , si quedáis si que me gustaría reunirme, un abrazo grande Antonio Montoro
ResponderEliminarAcabo de leer todo el temario y me pone los pelos de punta, si que es verdad que Ramón, Gloria y su hermana eran una mafia ,máquinas de facturar, libretas, libros ,batas , todo lo teníamos que comprar allí ,si llevabas un cuaderno que no llevase el sello del colegio te lo hacían tirar y te obligaban a comprar el de ellos, y ni que decir de los castigos , pegando los varas de madera y a muy mala leche a niños, me acuerdo de un compañero que hablaba mucho y siempre pillaba J.J. pobre le había llegado a partir palos en la mano , sin contar los porrazos que nos daba en la cabeza, en fin habría mucho que contar y no todo tan bonito, pero al ser niño al salir del colegio se te pasaba todo , pero se aprovechaban de nuestros padres , gente trabajadora y muy humilde que les costaba llegar al final de mes, para que estos sinvergüenzas se lucraran. En fin , nuestra infancia , lo mejor todas las amigas y amigos que recuerdo .
ResponderEliminarAntonio
Perdonar que sea tan pesado, yo acabe 8º en ese conflicto, fin de curso escolar
ResponderEliminarHola Antonio.... Me alegra mucho leerte y saber que me recuerdas. Yo recuerdo tu nombre y apellido pero no te pongo cara.... la verdad es que la memoria con el tiempo se va poniendo borrosa.... jajajaj.... Todo lo que dices es absolutamente verdad... coincido contigo en todo. Me encantaria tomar un cafe con vosotros... y recordar tiempos en blanco y negro. Decir un sitio y tomamos un cafe.
ResponderEliminarBuenas noches , que buenas noticias, pues si estaría bien poder quedar y charlar un rato , te paso mi mail para poder pasarte mi móvil, a ver si se apunta alguien más , estamos en contacto
ResponderEliminarantoniopodoiberica@yahoo.es
abrazos
Espero que podáis leerme. Nuestro compañero Jorge Jimenez está organizando cena. Vela y Antonio. Como habeis dicho a ti Vela, me suena que eras delgadito. Antonio, tampoco te pongo cara. Pero si me gustaria que os pusierais en contacto conmigo y a ver si nos podemos ver junto con otros compañeros. Mi correo matiasayuso@yahoo.es. No indico telefono por si acaso me copian. Un abrazo
ResponderEliminarEspero respondais. matiasayuso@yahoo.es
ResponderEliminarEstamos consiguiendo reagruparnos los compañeros de aquellos años. Hemos formado un grupo de whatsup. y ya hemos realizado dos comidas. Si alguien nos lee, hacermelo saber por aqui. Gracias
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