ORILLEANDO

Reseña de ORILLEANDO.

Poemas de Montse Huguet.

23 de abril de 2014. Biblioteca de la Zona Nord. Montse Huguet recita. Palmas abiertas y brazos extendidos en un cierto ángulo, el de decir aquello donde no llegan las palabras. Sobre el pupitre de la entrada su nuevo poemario. Volvemos de cortar la carretera exigiendo mejoras para nuestros barrios, vigilados de cerca por los 'mossos' con sus porras y sus pistolas. Los compañeros también recitaban, pero su gesto no era de palmas abiertas sino de puños cerrados. Al entrar en la sala formamos un barullo que a Montse no le debe hacer ninguna gracia. Pero ella no puede saber, en ese momento, el efecto de sus versos sobre el lienzo de la algazara, del jaleo, de la lucha. Para explicarlo tampoco llegan las palabras, tan sólo decir que de ambas cosas somos capaces aquí y ahora: Orgullo de clase y de barrio.

Hablemos del poemario. Cada poeta es un Universo o un rincón en el cerebro que se activa cuando percibes el hilo de sus versos. Y ahí está la gracia, el estilo o lo que sea. Montse Huguet ya amuebló ese rincón con 'Sabiéndote', su anterior colección. Efectivamente, es un salón de claroscuros insinuantes por cuyo ventanal entraba la fragancia de la tierra mojada y ahora, se me antoja, en 'Orilleando' es el perfume de la arena, mojada si, pero de mar.

Son versos que rara vez pasan de siete sílabas. Es métrica de canto, sensual por defecto. La poetisa o el poeta que hace algo así, no busca que le comprendan, quiere que, al leer, se sienta lo que ella siente. En cierta medida es una postura rebelde. No admite lógicas y le estorba el discurso: Escribir por no morir, / del calor de este verano. / Escribir para expresar, / el deseo de tus manos... / Escribir para decirte, / que solamente, / te amo.

Son versos sinceros y convencidos, sus sentidos no la engañan, por eso utiliza el canto. Son canciones a las ganas de vivir disfrazada de besos, de lunas, de noches, de la piel contra la piel. Son canciones a la orilla del mar.

Juanma.