martes, 12 de abril de 2011

EL COLLSEROLA.



La ermita de Sant Adjutori 

 En plena sierra de Collcerola y a escasos tres kilómetros de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), se encuentra la ermita de Sant Adjutori, antiguamente denominada ermita de Santa María de Gausach, ya que se encuentra en el valle del mismo nombre. También se le denominó ermita de la Mare de Déu del Bosc.
Tiene la particularidad de ser una de las pocas ermitas románicas circulares de Cataluña. 

Después de la desamortización, cayó en el más completo abandono y ha sido restaurada recientemente.

Es muy sencilla, tiene una única puerta de entrada y varias ventanas redondas al estilo ojo de buey y otras formando arco de medio punto, pero sin ningún adorno.

También existió en su tiempo un eremitorio, hoy desaparecido, donde residían algunos eremitas que se encargaban de cuidar la zona.

Según cuenta la leyenda, fue construida allí, por ser el lugar donde un pastor encontró una talla de la virgen, Mare de Déu del Bosc (Virgen del Bosque). Dicha talla, custodiada inicialmente en la cercana Masía de Can Jané, fue trasladada al monasterio de Sant Cugat del Vallés después de la Guerra Civil. Es una talla románica policromada de 80 cm. de alto. Su veneración y devoción, consta ya en un documento real de 1478, bajo el reinado de Juan II.

¿Cómo llegar?: De la plaza Rotary de Sant Cugat, se inicia un camino sin asfaltar y precintado por una cadena, lo cual quiere decir que deberemos ir a pie, cosa nada complicada, ya que el camino es llano y agradable. Se pueden ver a su paso, árboles frondosos y la flora característica del bosque mediterráneo. Llegaremos a la masía de Can Borrell, espléndida construcción de más de 300 años de antigüedad, hoy convertida en restaurante, la dejaremos a nuestra izquierda, o bien atravesaremos el patio de la masía y continuaremos por la pista forestal. Al cabo de unos 100 metros hay un pequeño desvío a la izquierda, cruzaremos un pequeño riachuelo y a continuación veremos la ermita desde el camino, surgiendo entre la frondosidad del bosque, como si nos estuviera espiando o esperando.

Una vez allí, podemos andar 20 metros más para admirar el horno ibérico, muy bien conservado.

Son lugares muy visitados por los habitantes de la zona e incluso de Barcelona, pues el valle de Gausach, era la antigua ruta entre Sant Cugat y la Ciudad Condal.

Cualquier época del año, es buena para ir y observar la naturaleza, tan generosa con nosotros cuando se la trata bien. 
 

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